miércoles, 24 de junio de 2015

MARIANO LINO URQUIETA

MARIANO LINO URQUIETA



Mariano Lino Urquieta

Nacido en la ciudad de Moquegua en un hogar de extracción social humilde. Alfonso La Rosa en 1959 decía que nació el 23 de setiembre de 1868, en momento en que la ciudad estaba en escombros por el terremoto del 13 de agosto del mismo año. Don Luis Kuon sostiene que según su partida de bautizo nació el 16 de setiembre de 1865, pero por llevar el nombre de Lino, santo que es recordado el 23 de setiembre y teniendo en cuenta la costumbre española de colocar el nombre sacado del santoral, su nacimiento es el 23 de este mes. Fue hijo reconocido de Juan Urquieta, agricultor del Alto de la Villa y de Petrona Ampuero.

Estudió en la escuela de San Francisco; “fue un muchacho de organismo frágil, de salud quebrantada y en cambio, de espíritu colosal y asombrosa inteligencia”. Por ello siguió la secundaria en el Colegio “La Libertad”, donde a pesar de su condición humilde y los desplantes de sus compañeros provenientes de familias pudientes, pudo terminar sus estudios exitosamente, robándole horas al descanso, estudiando en el balcón de su casa (calle Moquegua 817), aprovechando la luna llena. De esta etapa A. LA Rosa agrega : “la madre amorosísima debe adoptar, así lo prescriben los médicos, la rígida decisión de privarle de los estudios.

Su innata inteligencia e indomable voluntad lo impulsaron al progreso, y la pobreza de su hogar no fue impedimento para viajar a Lima e ingresar brillantemente a la Escuela de Medicina de San Fernando, impresionando al jurado. El 7 de octubre de 1885, siendo estudiante del primer año de medicina, pronunció su discurso consagratorio como orador, con la oración fúnebre de homenaje durante el entierro del mártir Daniel Alcides Carrión. Distinguido estudiante de medicina,”figura pequeña y débil que escondía su cuerpo enjuto en una humilde y lustrosa vestimenta”, culminó su carrera en 1892, graduándose con la tesis “Neuralgias directas y reflejas de origen intestinal”, recibiendo el Título de Médico en 1893.

Defendió la industria vitivinícola nacional al pedir fuertes impuestos a los licores importados. Propició la democratización de la enseñanza, multiplicación de bibliotecas y creación de escuelas normales. Defendió la independencia del Poder Judicial; es precursor de la simplificación administrativa; la absoluta libertad de prensa; la autonomía municipal.

Siempre se preocupó por su tierra, a pesar que no la representaba en el Parlamento. Elegido Senador por Arequipa desde 1917 hasta 1919, en que el golpe de estado provocado por Leguía disuelve el Congreso. Urquieta regresa a Arequipa ya retirado de la política. Combatiendo una epidemia de tifus exantemático, adquiere el mal, falleciendo el 14 de agosto de 1920, antes de cumplir 55 años de edad. Arequipa enlutada lloró acongojada la pérdida de su “padre” y en imponente manifestación de dolor popular, sepultó sus restos el 16 de agosto de 1920, donde Moquegua estuvo representada por la Sociedad de Artesanos y por Atilio Minuto.
En su tumba se lee: “Fue todo corazón y el corazón lo mató”











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