DANIEL BECERRA OCAMPO
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Daniel Becerra Ocampo |
Nació
en la ciudad de Moquegua, el 27 de abril de 1872, hijo del agrimensor Daniel
Becerra y doña Celia Ocampo. Estudiante excelente del Colegio La Libertad y el
Colegio Guadalupe en Lima (1885-1891) Graduado como médico cirujano en la
Universidad de San Marcos, 1899. Contrariamente a la tendencia de otros
profesionales jóvenes, de quedarse en la gran capital para ejercer su carrera,
“dejó un tentador y prometedor futuro que le ofrecía el ejercicio profesional
en la capital...” (Pinto V.). Regresó a su tierra para ejercer la medicina y,
la docencia ganado por su amor al terruño y el deseo de impulsar su desarrollo;
fue rescatado para trabajar en Moquegua por Doña Águeda Vizcarra Vda. De Angulo
que trajo al entonces joven facultativo como médico de cabecera. Contrajo
matrimonio con Doña Isabel de la Flor, dama de antiguo linaje moqueguano,
formando una prolífica familia.
Fue
profesor del Colegio La Libertad, destacando por la calidad de sus clases en
ciencias; prestigiado, llegó a ser Director de este Colegio. Médico Titular de
Moquegua desde 1908, se afirma que fue : “caritativo con la gente menos
pudiente”, pero aún es polémica su manera de tratar a la gente humilde. En 1919
tuvo que hacer frente al azote de la epidemia de gripe “boliviana” que afectó
la ciudad durante dos trágicas semanas: fue uno de los primeros en enfermar
“más no era su hora” diariamente recorría casa por casa “atendiendo a los
enfermos y ordenando el levantamiento de cadáveres” dice Pinto Vargas, que
agrega : “Impecable en su traje negro, alba la camisa y oscura corbata; zapatos
de charol terminados en fina punta, recubiertos con escarpines; y detrás de sus
redondos lentes con aros de oro, sus ojos escrutaban con preocupación y lástima
a los enfermos”. Director del Hospital de Moquegua, mereció el título de
“Benefactor de los Hospitales”, en 1922, por su obra realizada en ellos.
Fundador
del Rotary Club de Moquegua. Presidente del Club Social Moquegua, siendo por
ello “el personaje social No. 1 de la ciudad de Moquegua, marcando su accionar”
según Kuon: a ello , Pinto Vargas agrega: “Por cerca de medio siglo, la
presencia de Becerra Ocampo se dejó sentir tanto en la política como en la
cultura, en la enseñanza y en vida social y, de manera muy especial en todo
aquello relativo a los problemas de salud que confrontaba la ciudad y sus
habitantes...” Luis E. Valcárcel a visitar Moquegua por primera y única vez en
1942 afirma “... ahí estaba el tío Daniel, flor de caballeros, especie humana a
punto de desaparecer, espejo de virtudes tan difícil de encontrar...” Pero
otros contemporáneos indican que fomentó en la sociedad un orgulloso ambiente
aristocrático, cerrado y de estricta distancia social en las actividades
públicas de la ciudad, las reuniones sociales del Club Moquegua, y en el
Colegio La Libertad.
Propietario,
desde 1907 hasta su muerte, del Semanario “La Reforma”, mantuvo una política
periodístico de hacer campaña incansable por el resurgimiento de Moquegua;
buscaba detener el constante empobrecimiento de su economía, nada comparable
con la Moquegua poderosa que conoció en sus años infantiles. “...En sus páginas
se dieron algunas memorables batallas por la libertad de información en
Moquegua; porque el progreso llegara a la entonces Provincia Litoral y,
también, porque en las autoridades políticas, siempre transitorias y siempre
fuereñas, la moralidad fuese una constante y no una rara excepción..” escribe
Pinto V. Muere en Lima el 4 de agosto de 1947. Un colegio del Puerto de Ilo y
otro en la ciudad de Moquegua, honran su memoria como docente, llevando su
nombre. El colegio de Ilo, pulsado por su ejemplo adoptó como lema “Un
Becerrino, un Caballero”
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